Países Bajos, otoño de 1944.
Se estima que, La liberación de los nazis estaba teniendo más problemas de lo esperado. El acceso a los alimentos para la población se complicaba por el bloquedo de trenes y el transporte fluvial, detenido por la congelación de los rios. Esta situación crítica dió lugar a una gran hambruna, sobre todo en las áreas urbanas occidentales del país.
De hecho, las ingestas energéticas pasaron de 1,800 a 500 kilocalorías por persona por día de mayo de 1944 a febrero de 1945.
Se estima que, hasta mayo de 1945, entre 20.000 y 25.000 ciudadanos neerlandeses murieron como resultado de la desnutrición. También afectó a mujeres embarazadas y bebés menores de un año, con secuelas en la salud de estos niños a largo plazo.
Una aprendiz de bailarina de 16 años, que medía 1,70 metros y llegó a pesar 40,8 kilos, recordaría más tarde que sufrió asma, ictericia, anemia y otras enfermedades derivadas de la desnutrición, como el edema.
"Empieza por tus pies y cuando llega al corazón, te mueres. Conmigo estaba encima de los tobillos cuando las fuerzas aliadas nos liberaron". Y como ella misma contó, su familia logró sobrevivir gracias al consumo de tulipanes.
Sopas de tulipán para aliviar las penurias
El gobierno neerlandés buscaba alimentos ricos en energía y nutrientes y de fácil acceso. Durante esta etapa bélica, el cultivo de tulipanes se detuvo y había una gran reserva de bulbos sin plantar. Así que las autoridades aprovecharon ese excedente para vender bulbos en las tiendas de comestibles y publicar recetas en revistas locales, en un esfuerzo para ayudar a la población.
La sopa de bulbos de tulipán se cocinaba durante la única hora de gas al día que se disponía. Una de esas recetas indicaba el siguiente modo de preparación: "Añadir agua a la olla, cortar los bulbos por la mitad y retirar el germen".
"Después de eso, se rallan los bulbos en un
rallador fino y preferiblemente en la olla, puesto que la pulpa se decolora
rápidamente".
"Aunque los bulbos de tulipán son ricos en
almidón, no espesarán la sopa como lo hace la harina".
"Su pulpa flota en la sopa en forma de copos.
Si todavía tiene curry en polvo en casa, agregue una pizca, luego añada un poco
de aceite o una pequeña cantidad de grasa.
¡Y no se olvide de la sal!".
Cuidado con la tulipalina A
Aunque los tulipanes tienen un problema. Sus bulbos contienen, principalmente, un alérgeno: el compuesto denominado tulipalina A. Se encuentra mayoritariamente en la capa exterior del bulbo, pero también en el tallo, las hojas y los pétalos.
Los expertos han detectado la intoxicación de vacas por consumo de heno y bulbos de tulipán y su papel como agente causal de los llamados "dedos de tulipán".
Esta dermatitis, que sufren los bulbicultores, se caracteriza por una descamación eritematosa en la piel situada alrededor de las uñas y entre las yemas de los dedos primero y segundo de la mano dominante. Solo se puede prevenir reduciendo el contacto con estas plantas bulbosas y usando guantes de nitrilo (no sirven los de vinilo). El peligro de consumir bulbos de tulipán radica en la variedad o en su forma de preparación.
De hecho, no todas las especies son comestibles, y las que sí lo son pueden tener un sabor amargo. Por otro lado, comerlos sin cocinar puede provocar náuseas, dolores abdominales y otros problemas digestivos.
Fuente: BBC NEWS
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